Hace casi un mes dudaba si sería de tu agrado, si podría despertar en ti un sentimiento de cariño que vaya más allá de la amistad; hoy no podría estar más feliz y orgullosa de tenerte a mi lado.
Me encanta salir contigo, voy redescubriendo todos los lugares y espacios que solía caminar sola, es como si conociera todo por primera vez y no puede haber un mejor compañero de aventuras que tú.
Desde el primer instante supe que te irías, que no podía ni puedo ilusionarme con algo serio, pero para ser sincera me gustaría luchar por ti, demostrar que la distancia no es impedimento si dos personas se quieren de verdad.
Mientras tomo decisiones y hago planes, me gusta mirarte. No hay nada más lindo que tus ojos azules, no creo haber encontrado antes tal profundidad en una mirada.
Tus ojos que me miran fijamente, que me confunden cada vez que te acercas, que me atraen como dos imanes brillantes celestes.
Todo tu ser me encanta: la manera en que eres tan caballero conmigo, la manera en que me aprietas la mano espontáneamente mientras caminamos, la forma de tu nariz, de tus ojos, de tus labios cuando sonríen. Me encanta tu acento tan particular, tu cabello recién lavado, la manera que tienes de molestarme para hacerme reír, la manera en que me miras cuando me peino, tus silencios, los besos tiernos que me das en mi nariz, cuando me abrazas como si quisieras sentirte protegido. Me encanta que tengamos tanto en tan poco tiempo.
Por ti cruzaría océanos enteros, me atrevería a dar la vuelta al mundo si es necesario.