La primera vez que fui a terapia recuerdo una sesión en la que me dijeron:
"Descubre tu miedo, mira cómo es"
Mi miedo es una bola negra de ojos vacíos que se esconde en mi ombligo.
De aquella ocasión ya son 4 años y la bola negra que se escondía ha vuelto a aparecer.
Me recuerda lo poco que he conseguido, lo poco que he avanzado.
El nudo en mi ombligo me pregunta cada día a cada instante "¿y ahora qué vas a hacer?". Desde hace casi un año no puedo dormir bien, entre los insomnios o malos sueños provocados por un mal de amor de proporciones monumentales están las preocupaciones por lo que haré por el resto de mis días hasta una muerte natural o hasta que algo me mate.
Sé que hablo mucho de esto pero es algo de lo que no me puedo liberar, me quiebra, cada vez que pienso en eso (que es el 80% del tiempo) vuelve la nausea, sube y se estanca haciendo un nudo en mi garganta, las lágrimas quieren escaparse y no es que quiera llorar, al contrario lo evito con todas mis fuerzas y me repito que debo ser fuerte, pero simplemente esta circunstancia en la que me encuentro forma una tormenta de emociones tristes y poco optimistas que se desbordan por mis ojos.
El miedo, el monstruo lo logra, me hace acuerdo que ya son 5 años desde que terminé mis estudios en el colegio, esa época crucial en la que se tiene poca visión de lo que se quiere estudiar y poco tiempo para decidir. Ahora que veo las cosas en retrospectiva me hubiera gustado esperar antes de entrar a estudiar algo y tener las cosas más claras, se que irónicamente hubiera ahorrado con eso mucho tiempo y muchas noches tristes.
Hace aproximadamente un mes encontré vídeos de personas que se dieron cuenta que aquello que estaban estudiando no era lo que quería y lo dejaron, o aquellos que acabaron sus estudios pero contaban con un trabajo que les hacía miserables. Puedo claramente identificarme con todo eso a excepción de una cosa: todos ellos tenían claro para qué eran buenos y cuáles eran sus pasiones.
Mi miseria no se queda en que no se qué hacer desde el momento en que esté graduada, sino en ni siquiera saber para qué cosas soy realmente buena y qué cosas me llenan completamente. Hace aproximadamente un año me he centrado en esa búsqueda, en ese llamado, ese "encontrar para qué naciste".
Esto me hacen pensar...5 años han pasado e incluso más, viví en el desconocimiento y no tuve la oportunidad de entrar a algún curso en que pueda experimentar y ver qué me apasiona y en qué soy buena, todo ese tiempo de estudios lo veo desperdiciado, tantas noches estudiando, estudiando y estudiando y ¿para qué?. Si no se tiene un objetivo todas esas cosas por más básicas o complejas o necesarias simplemente no sirven.
Me doy cuenta de que en mi inocencia y en mi ignorancia no supe ver la importancia de exigir algo extracurricular que me abra la mente, mis padres tampoco nos motivaron a buscar algo aparte y se que las circunstancias económicas también limitaron muchas de esas cosas. Ahora es tarde para los arrepentimientos, sólo queda el vacío...
Veo a mi alrededor a gente tan segura de lo que quiere y siento envidia, veo a los tontos cosechando éxitos y yo con tanta capacidad pero sin saber en qué aprovecharla, estancada, deshecha, sin ninguna motivación. Incluso pienso que aquella persona que se fue de mi vida tuvo suerte, ¿qué destino le esperaba con alguien que no sabe ni lo que va a hacer en 2 meses?
Él seguramente será feliz con alguien tan seguro de lo que quiere como él.
Yo seguiré en el grupo de los marginados, de los olvidados. Desde los 10 años supe que sería así por el resto de mi vida.
De la mano de mi bola negra de ojos vacíos recorro el mundo sin rumbo fijo, como una de los marginados, de aquellas existencias sin significado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario