Los amigos, la cerveza y las conversaciones eternas.
Así pasan algunos martes, miércoles pero sobre todo viernes. Los vasos se llenan y se vacían, las jarras van y vienen, las cervezas se abren y se dejan a un lado.
Ahí sucede, te hablan de él (o tu sacas el tema en algún momento de debilidad) y dejas que las palabras fluyan, los oídos atentos y la mirada expectante,
Terminas enterándote de cosas que jamas se hubieran cruzado por los pensamientos, quienes lo odiaron, quienes lo respetaron, incluso por qué desconfiaba de ciertos "amigos".
Entiendes las razones detrás de los "No", entiendes las reservas, el recelo; y es que cuando uno está enamorado solo piensa en dar lo mejor de si y aceptar al otro.
Pero bueno, la guerra ya se acabó, hay que abandonar el campo de batalla que ya no hay razón por la que quedarse, ambos bandos deben seguir su camino y librar sus peleas.
Algunas lágrimas siempre quedan, eso no lo voy a negar, pero este pozo ya se está vaciando, todo tiene un límite y yo estoy llegando a los míos.
Di mucho a una persona que no me valoró lo suficiente a su tiempo y viceversa, en momentos cruciales ninguno de los dos miraba en la misma dirección, ahora solo queda aprender de los errores y no volverlos a cometer, hacer lo que se tenga que hacer con la vida propia y si alguna vez el amor toca las puertas...pues dejarlo entrar y dejarse llevar.
Y los gorriones vuelan y cantan en la ciudad, la vida sigue.
Se que nos vamos a volver a encontrar, solo hay que esperar. La paciencia me sobra.
Y tal vez no seas tú...
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