Me duele tu ausencia como puñaladas directas a mi pecho.
Y es que me has dejado tantas dudas, ¿hasta qué punto el amor es capaz de perdonarlo todo?
Me haces cuestionar esa pregunta una y otra vez, todas tus palabras retumban en mi mente, también se asoma el recuerdo de tu silueta en la puerta de entrada diciendo "no quiero irme porque se que no te volveré a ver".>
Esta es la primera parte de algo que escribí para el, antes del adiós definitivo. Debo decir que aquello fue algo duro y si, él tenía razón, habían cosas que sólo eran vistas desde mi punto de vista. Hasta hace poco tiempo no me di cuenta de toda la tormenta que se formó, de cómo las cosas que pensaba me llevaron en una caída en espiral, porque mientras se está en caída libre hay incertidumbre, pero cuando llegas al final y te ves herida, destrozada, rota...y te das cuenta que podías evitarlo, que el miedo a entregarlo todo de nuevo a quien se fue te detuvo, la profunda tristeza al ver que el ya no podía (o nunca pudo) confiar ciegamente en tí cala hondo en los pensamientos y crea una nube de rabia, de dolor, de resentimiento que no se irá en mucho tiempo.
Ahora esa nube se fue, hace algún tiempo para ser sincera. El problema con eso es que me encuentro...no sola...desdoblada se puede decir, cuando te fuiste te llevaste una gran parte de mi ser que no se si podré recuperar y que se que tardará demasiado tiempo en sanar, porque aquí estoy, sentada en mi escritorio pensándote a gritos y lanzando palabras a vacío, palabras que tal vez nunca leas.
Cuando me dijiste adiós, estuve a punto de soltar un "por favor no digas adiós porque confío en que algún día, cuando nuestras heridas y nuestros miedos se vayan podamos volver a intentarlo, porque amores como el nuestro son raros de encontrar". Como siempre mi cerebro puede más que mi corazón averiado y no dije nada...Tal vez habrían cosas distintas si lo hubiera dicho.
Ahora me encuentro con el corazón partido, una parte conmigo y la otra contigo, donde sea que estés, unido a ti por aquel hilo rojo del destino, transmitiéndome todo el dolor de saber que encontraste a alguien especial, alguien a quien tal vez ahora miras de la misma manera que me mirabas a mi, alguien por quien estás sintiendo cosas hermosas y no te culpo y no pienso detenerte pues decir adiós es seguir adelante y olvidar ¿no?
Y yo te siento y yo no te olvido...pero tu si.
No hay comentarios:
Publicar un comentario